Los peores jugadores en la historia de la NBA

La NBA es sinónimo de excelencia, talento y espectáculo. Nombres como Michael Jordan, LeBron James, Kobe Bryant o Stephen Curry han definido generaciones enteras, convirtiéndose en iconos mundiales. Pero no todos los que llegaron a la liga dejaron huella por su talento. Algunos hicieron historia… pero por todo lo contrario. Jugadores con grandes expectativas que jamás cumplieron, atletas sin el nivel mínimo, o simplemente experimentos fallidos que dejaron más pena que gloria. Este artículo recorre los pasajes más oscuros de la NBA: los peores jugadores que alguna vez firmaron un contrato profesional. Algunos incluso tenían mucho talento, pero nunca llegaron a interiorizar mentalmente la presión.

1. Anthony Bennett

Cuando los Cleveland Cavaliers seleccionaron a Anthony Bennett como el número 1 del Draft de 2013, nadie lo vio venir. Literalmente. Ni siquiera el propio Bennett. Sin embargo, lo que siguió fue una de las carreras más decepcionantes en la historia de la liga.
Con apenas 4.4 puntos por partido en su año rookie y una alarmante falta de impacto, Bennett fue traspasado en múltiples ocasiones, nunca alcanzó el nivel de titular y desapareció de la liga en solo cuatro años. Su nombre es sinónimo de «bust», ese término temido por cualquier franquicia.

2. Hasheem Thabeet

Seleccionado como el número 2 del Draft de 2009, incluso por delante de James Harden, Thabeet parecía tener todos los ingredientes para dominar la pintura: altura, envergadura, físico… pero se olvidaron de comprobar si sabía jugar al baloncesto.
Durante su carrera, Thabeet promedió 2.2 puntos y 2.7 rebotes por partido, siendo un constante pasaje entre equipos de la NBA y ligas menores. Jamás desarrolló una comprensión del juego ni una presencia dominante en defensa. Un coloso sin alma competitiva.

3. Michael Olowokandi

Primer pick del Draft de 1998, los Clippers apostaron fuerte por este pívot nigeriano que había impresionado en la universidad de Pacific. En la NBA, sin embargo, nunca se acercó al nivel esperado.
Con un promedio de 8.3 puntos y 6.8 rebotes, su carrera fue una sucesión de lesiones, decisiones erráticas, y una notable falta de actitud. Lo más memorable de Olowokandi fue la frustración que generó en los fanáticos de los Clippers.

4. Darko Miličić

En uno de los Drafts más legendarios de todos los tiempos, los Detroit Pistons decidieron escoger a Darko Miličić en el puesto número 2, por encima de Carmelo Anthony, Chris Bosh y Dwyane Wade. El resto es historia… y no precisamente buena.
Miličić pasó la mayor parte de su carrera en el banquillo, sin mostrar ningún destello de talento. Fue campeón con los Pistons en 2004, sí, pero como espectador de lujo. Después de varios intentos fallidos en otras franquicias, terminó dedicándose al kickboxing. Literalmente.

5. Kwame Brown

El primer jugador en ser seleccionado directamente desde el instituto como número 1 del Draft (2001), Kwame Brown tenía la bendición de Michael Jordan… y una maldición que nadie vio venir.
Aunque jugó 12 años en la liga, su rendimiento jamás estuvo a la altura de su hype inicial. Sus manos inseguras, su falta de decisión ofensiva y su fragilidad mental lo convirtieron en blanco de burlas por parte de fans, analistas e incluso jugadores como Kobe Bryant y Gilbert Arenas.

6. Adam Morrison

Figura universitaria con Gonzaga, Morrison llegó a la NBA con el aura de un futuro anotador imparable. Fue elegido como número 3 en el Draft de 2006 por los Charlotte Bobcats. Su estilo poco atlético, su defensa inexistente y su poca adaptación al juego profesional marcaron una trayectoria breve y triste.
Después de apenas dos temporadas relevantes, fue traspasado a los Lakers donde ganó dos anillos… sin jugar prácticamente. Un fantasma con bigote en la era de Kobe.

7. Brian Scalabrine

Este es un caso especial. Scalabrine no era particularmente malo en lo técnico, pero su fama como «el peor jugador» se debe a su nulo protagonismo en cancha y su enorme presencia mediática como figura cómica. Se convirtió en un ícono de culto, pero en términos deportivos, su contribución fue ínfima: 3.1 puntos por partido en 11 temporadas.
Eso sí, como motivador y leyenda del banquillo, pocos lo igualan.

8. Nikoloz Tskitishvili

El ala-pívot georgiano fue elegido en el puesto 5 del Draft de 2002 por los Denver Nuggets. Alto, con buena mecánica de tiro y visión, parecía un unicornio antes de que el término existiera. Pero en la NBA fue un completo desastre.
En cuatro temporadas promedió 2.9 puntos y 1.8 rebotes. Lento, sin confianza, y visiblemente perdido en cada juego. Un claro ejemplo de que no todo lo europeo brilla como Dirk Nowitzki.

9. Anthony Peeler

Aunque tenía ciertas habilidades como tirador y defensor, la carrera de Peeler estuvo marcada por decisiones cuestionables dentro y fuera de la cancha. Más conocido por sus peleas, su falta de madurez, y por pegar un codazo brutal a Kevin Garnett, que por su juego.
Su presencia en la liga fue más anecdótica que influyente, pero encarna a la perfección el concepto de «lo que pudo ser y nunca fue».

10. Chris Washburn

Washburn fue el tercer pick del Draft de 1986, con todas las herramientas físicas para triunfar. Pero sus problemas con las drogas, su falta de ética de trabajo y su escasa disciplina lo sacaron de la liga en menos de tres años.
Promedió 3.1 puntos por partido y es recordado como uno de los mayores fracasos en la historia del baloncesto profesional.

Extra: de los ‘malos’ a los ‘malotes’

  • Ron Artest (Metta World Peace): Protagonista del infame «Malice at the Palace», donde golpeó a fanáticos en las gradas tras una pelea con los Pistons en 2004. Suspendido por casi una temporada entera.
  • Bill Laimbeer: Miembro de los “Bad Boys” de Detroit, Laimbeer era un especialista en faltas duras, codazos y provocaciones. El jugador que todos odiaban enfrentar.
  • Dennis Rodman: Aunque brillante en defensa y rebotes, Rodman era un experto en juego sucio, empujones y trash talk. Una fuerza de la naturaleza… que no conocía límites.
  • Charles Oakley: Apodado “el guardaespaldas de Jordan”, Oakley era temido por sus golpes y su actitud de “nadie me toca”.
  • Kermit Washington: En 1977, su golpe a Rudy Tomjanovich dejó al rival inconsciente con fractura facial. Uno de los actos más violentos en la historia de la liga.

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